EL FARO
Es una invitación a realizar un proceso de transformación con respecto a cómo nos conectamos con la muerte y el hecho de morir. A abordar las emociones que se hacen presentes e intentar prepararnos para recibirla, lo cual significa haber incorporado la conciencia de finitud y la importancia del acompañamiento.
Porque la muerte es parte de la vida, igual que el nacimiento, y ambas suceden en simultáneo. Y al integrar su existencia, nos acercamos a un estado de plenitud, confianza y presencia.
Para abordar las temáticas propuestas, hemos desarrollado diferentes ejes con objetivos específicos:
HISTORIA
En 2008 nos reunimos a diseñar este proyecto. Los fundadores estábamos orientados hacia el desarrollo personal y social con una mirada humanista y compartíamos un anhelo: crear un espacio de encuentro y de reflexión acerca de la muerte y el proceso de morir.
Trabajamos dos años “puertas adentro” explorando nuestras biografías, nuestros diferentes puntos de vista, acuerdos y desacuerdos. El entusiasmo crecía encuentro tras encuentro. Finalmente nos decidimos a convocar al público e iniciamos con un ciclo de charlas que llevaban por título: ¿Es posible prepararse para la muerte? Nos sorprendió la gran cantidad de personas que asistieron.
A partir de allí ampliamos nuestras propuestas. Nuestra idea era que El Faro fuese como un mandala con un centro de conciencia: la finitud. Y que desde ese centro se abrieran cual pétalos las actividades que anhelábamos proponer: capacitaciones, grupos, talleres, asistencia, invitados, retiros, películas.
Hoy hemos logrado la mayoría de nuestros propósitos, siendo cientos los alumnos que han recibido nuestra formación e innumerables las personas y familias a las que hemos asistido durante el proceso de duelo y de morir. Y hemos desarrollado actividades en diferentes países como Paraguay, Chile, México, Colombia, Uruguay, Ecuador y varias provincias de Argentina.
Lo más significativo para nosotros ha sido confirmar nuestras ideas iniciales:
“Es importante prepararse para la muerte e incluirla en la vida, es necesario y, por sobre todo, es posible.”
COMPROMISO
Nos comprometemos a trabajar y desarrollar un cambio de paradigma que propone resignificar e integrar la consciencia de finitud a nuestro modo de vivir e instalar una cultura de acompañamiento.
Al observar con dolor cómo se suele llegar al final de la vida en nuestra cultura, en donde se acompaña el nacimiento y se abandona la muerte, es que decidimos enfocarnos en las personas mayores, ancianos, personas en fin de vida y duelo, incluyendo el acompañamiento a su entorno significativo.
Por eso, nuestro trabajo para abordar este cambio, es transversal a la sociedad en general ya que algún día nos tocará acompañar y, otro día, seremos acompañados.