Cuando preguntamos a las personas que acompañamos sobre cómo les gustaría vivir sus últimos días, la respuesta es casi unánime: “en mi casa, rodeado de mis seres queridos”.
Si bien sabemos que esto no siempre es posible por diversas circunstancias, es evidente que la gran mayoría rechaza la idea de morir en soledad: la soledad de una terapia intensiva, la ausencia de una familia distante o la falta de afectos cercanos.
Miedo a la soledad y al sufrimiento
Otro de los temores más comunes es morir con sufrimiento, ya sea físico o emocional. La sola idea del dolor corporal genera angustia, pero a esto se suma el miedo a la dependencia: “que me tengan que atender para todo”.
Estos temores y necesidades pueden abordarse cuando se considera un fin de vida acompañado. Acompañar significa escuchar, entender esas preocupaciones y procurar respuestas que aporten tranquilidad y bienestar.
Construyendo una comunidad que acompaña
Si una persona no cuenta con un sistema de apoyo familiar que le brinde compañía en sus últimos días, la comunidad debe asumir un rol activo. Al igual que asistimos a una mujer que va a parir sola o ayudamos a un accidentado en la vía pública, podemos construir redes de apoyo para quienes transitan el final de la vida.
¿Suena utópico? No lo es. En El Faro, creemos que es posible transformar la sociedad para que toda persona tenga los recursos necesarios para acompañar a un familiar, amigo o vecino en su proceso de fin de vida.
Una cultura del cuidado
Una comunidad madura y consciente no solo celebra la vida, sino que también acompaña con amor y dignidad hasta el último momento. El miedo al abandono y la soledad en la muerte disminuyen cuando dejamos de ver la finitud como un tabú y la incorporamos como una parte esencial de la existencia humana.
Por eso, desde El Faro ofrecemos capacitaciones abiertas a toda persona interesada en brindar acompañamiento y trabajamos en iniciativas comunitarias para integrar el fin de vida dentro de un marco de derechos y cuidado genuino.
Súmate a nuestras capacitaciones y actividades, y sé parte del cambio.